En una noche iluminada por la luna, en el corazón de Colombia, donde las montañas susurraban secretos y las luciérnagas danzaban, existía una leyenda, un relato que atemorizaba tanto como fascinaba a quienes se reunían alrededor del hogar se llamaba “La Patasola”.
Imagina, querido, un pueblo anidado entre selvas exuberantes, sus hojas rozando el cielo. El aire olía a tierra húmeda y magia antigua, y la luna velaba por todos como un guardián silencioso. En este pueblo, vivía un joven llamado Juan, tenía ojos grandes como platos y un corazón lleno de curiosidad.
Juan era conocido por su espíritu aventurero. Recorría los bosques, buscando aventuras más allá de los caminos ya conocidos. Pero una noche trágica fatídica, con la luna rozando el horizonte, se aventuró más que nunca. La selva susurraba sus secretos, y Juan los escuchaba, desatendiendo las advertencias transmitidas a través de generaciones.
Porque, verás, mi niño, La Patasola no era una mujer ordinaria. Era una criatura de belleza y terror, una vampiresa con una sola pierna que rondaba por los parajes silvestres, su nombre significaba “la mujer de una sola pierna”, y su historia resonaba a través de los valles.
La Patasola había sido una vez humana, pero le sobrevino una tragedia. Hace mucho tiempo, era una hermosa doncella llamada Isabel, su esposo, consumido por los celos, la acusó de infidelidad en su ira, le cortó la pierna, dejándola mutilada y rota. Isabella huyó a la selva, con su corazón ardiendo de venganza.
Bajo la mirada plateada de la luna, emergió La Patasola. Su piel era pálidamente imposible, su cabello como seda de medianoche, se mantenía sobre su única pierna restante, sus ojos llenos de tristeza y hambre, cantaba con un timbre celestial que cautivaba a los hombres, jóvenes y viejos por igual, a veces, gritaba pidiendo ayuda, atrayéndolos a su lado. Pero era una trampa.
Cuando un hombre se acercaba, atraído por su belleza sobrenatural, La Patasola revelaba su verdadera naturaleza. Su boca se abría de par en par, mostrando colmillos que ansiaban sangre; drenaba a sus víctimas, dejándolas sin vida en el suelo del bosque. Luego desaparecía entre el follaje, con su única pierna llevándola rápidamente lejos.
Los aldeanos hablaban de ella en tonos susurrantes, advirtiendo a sus hijos que nunca deambularan solos por la noche. Sabían que La Patasola buscaba a los hombres infieles, aquellos que se alejaban de sus esposas, que traicionaban su confianza. Era tanto vengadora como depredadora, un cuento moral grabado en sus almas.
Así que, valiente, recuerda la historia de Juan. Cuando la luna te llame a lo salvaje, camina con cuidado. Respeta el mundo natural, honra tus promesas y nunca subestimes el poder de la venganza. Porque La Patasola todavía vaga, su forma pálida acechando en las selvas, su canción resonando a través del tiempo.
“Ahora cierra los ojos, mi amor, y sumérgete en los sueños, que la luna guarde tu sueño, y que despiertes en un mundo donde las leyendas bailan junto a la realidad. Buenas noches, mi pequeño tesoro”.
Vocabulario
- Atemorizaba (Frightened)
- Selvas (Jungles)
- Fatídica – Fateful
- Mutilada (Mutilated)
- Rota (Broken)
- Venganza (Revenge)
- Medianoche (Midnight)
- Colmillos (Fangs)
- Aldeanos (Villagers)
- Infieles (Unfaithful)
- Vengadora (Avenger)
- Depredadora (Predator)
- Valiente (Brave)
- Respeto (Respect)
- Promesas (Promises)
- Acechando (Lurking)
- Tesoro (Treasure)
Preguntas
- ¿Quién es La Patasola y cómo se convirtió en la criatura que es?
- ¿Cuál es la advertencia principal que La Patasola representa para los aldeanos?
- ¿Cómo utiliza el autor elementos de la naturaleza y el folclore para construir la atmósfera de la historia?
