fbpx
scarecrow and girl

El Espantapájaros Mágico

Un relato del Otoño

Era una tarde fresca de otoño cuando Lucía y su familia decidieron visitar una granja donde había un enorme campo de calabazas. Las hojas de los robles caían lentamente al suelo, pintando el camino de tonos anaranjados y rojos. Había una fogata en el centro del campo, donde la gente se reunía a calentar sus manos y tomar sidra caliente con un toque de canela. Todo era perfecto, hasta que Lucía se alejó de su familia mientras perseguía una bellota que rodaba por el suelo.

Lucía corrió y corrió, tratando de alcanzar la pequeña bellota, pero pronto se dio cuenta de que estaba perdida. A su alrededor, las calabazas formaban un laberinto que parecía interminable, y el sol comenzó a esconderse detrás de las colinas. La brisa fría hacía que las hojas susurraban en el aire, y un cuervo graznó desde lo alto de un espantapájaros que se alzaba en medio del campo. Lucía sintió un nudo en la garganta y, cuando las sombras comenzaron a alargarse, la imaginación de la niña empezó a jugarle una mala pasada. Las formas de las calabazas parecían retorcerse, y las sombras en el suelo tomaban la forma de largos dedos que querían atraparla.

—¿Mami? ¿Papi? —llamó con un hilo de voz, pero nadie contestó.

Justo cuando empezaba a sentir verdadero pánico, Lucía vio algo extraño. El espantapájaros que antes había estado inmóvil, ahora movía un brazo lentamente, como si intentara liberarse de su poste. Lucía parpadeó, sin saber si su vista le estaba engañando, pero el espantapájaros se bajó de su poste con un crujido aterrador, sacudiendo sus pajas y ajustándose el sombrero de paja. Lucía dio un paso hacia atrás, su corazón latiendo con fuerza, pero el espantapájaros le sonrió, una sonrisa que parecía demasiado amplia y algo siniestra.

—No tengas miedo, pequeña —dijo con una voz suave que recordaba el crujido de las hojas secas, pero había algo en su tono que también sonaba oscuro, como un susurro del viento en la noche—. Soy el guardián de este campo. Me llamo Tristán, y te ayudaré a encontrar el camino.

Lucía miró al espantapájaros, quien extendió su mano hecha de paja. Aunque algo en su apariencia la inquietaba, una parte de ella se sintió atraída por la idea de no estar sola. Así que tomó su mano, y juntos comenzaron a caminar por el campo de calabazas.

A medida que avanzaban, Tristán agitaba su otra mano y la magia comenzaba a aparecer: las hojas secas se apartaban, formando un camino claro para ellos, pero Lucía notó que las sombras parecían cobrar vida, moviéndose como si quisieran seguirlos. Un murciélago pasó volando cerca de ellos, y Lucía pudo jurar que lo oyó susurrar su nombre. Las luces diminutas que aparecían a su alrededor no parecían tan amistosas como antes; eran más como ojos que la observaban desde la oscuridad. Lucía no podía creer lo que veía, y aunque Tristán la guiaba como si fuera un viejo amigo, había algo profundamente inquietante en la manera en que los arbustos y las calabazas parecían vigilarla.

Pasaron junto a telarañas que colgaban como velos y esqueletos que crujían al viento, y a lo lejos Lucía pudo ver una lápida rota, con lo que parecía ser un ataúd medio abierto. Tristán la miró y le sonrió de nuevo, sus ojos brillando de manera extraña bajo la luz de la luna.

Finalmente, llegaron a un claro donde Lucía pudo ver a su familia cerca de la fogata. Tristán se detuvo y soltó la mano de la niña.

—Aquí te dejo, Lucía —dijo el espantapájaros inclinando su sombrero—. Recuerda, siempre que necesites ayuda, no dudes en pedirla. La magia está en todas partes, pero a veces, puede ser más oscura de lo que imaginas.

Lucía sonrió débilmente y asintió, y antes de que pudiera decir algo más, Tristán regresó a su poste, volviéndose a quedar quieto como si nunca se hubiera movido. La niña corrió hacia su familia y abrazó a su madre, quien le sonrió sin saber la gran y aterradora aventura que había vivido su hija.

Desde aquel día, cada vez que Lucía cruzaba un campo de calabazas, sus ojos buscaban a Tristán, el espantapájaros mágico que la había rescatado. Y aunque nadie le creyera, ella siempre sentía, entre el susurro del viento y el baile de las hojas, una cálida presencia que la hacía sonreír.

Vocabulario

  • tarde — afternoon
  • otoño — autumn
  • granja — farm
  • campo — field
  • calabazas — pumpkins
  • hojas — leaves
  • robles — oaks
  • fogata — bonfire
  • sidra — cider
  • canela — cinnamon
  • bellota — acorn
  • sol — sun
  • colinas — hills
  • breeze — brisa
  • cuervo — crow
  • graznó — cawed
  • espantapájaros — scarecrow
  • nudo — knot
  • sombras — shadows
  • imaginación — imagination
  • dedos — fingers
  • noche — night
  • miedo — fear
  • paja — straw
  • camino — path
  • murciélago — bat
  • susurrar — whisper
  • arbustos — bushes
  • telarañas — cobwebs
  • esqueletos — skeletons
  • lápida — tombstone
  • ataúd — coffin
  • luz — light
  • familia — family
  • magia — magic
  • presencia — presence
Tags :
spanish,story
Share This :

Free Weekly Lessons!

Sign up to receive free weekly interactive lessons from your virtual instructor.  Join the exclusive circle of early adopters... Your path to fluency is just a click away — Vamos a aprender!